Conocí la quiropráctica por recomendación de mi ginecóloga.
Tenía un fortísimo dolor de espalda y sobre todo de cadera.
Los fármacos antiinflamatorios no me ayudaban nada. Había consultado varios médicos especialistas en columna y, según ellos, se trataba de una estenosis degenerativa del canal vertebral lumbar, que comprimía la medula espinal. La única solución era operar para descomprimir. El dolor me torturaba, pero la idea de pasar por una intervención de columna no me hacía ninguna gracia, sobre todo sabiendo que el cirujano no me daba ninguna garantía.
Era justo antes de las vacaciones de verano y estaba desesperada porqué sabía que iba pasar un agosto muy malo.
Afortunadamente tenía cita con mi ginecóloga, que me hablo de la Dra. Angela Olaru. Vine hacerme una visita y empecé un tratamiento intensivo con ella y su equipo. Para decirlo en una palabra, mi experiencia fue “INCREIBLE”. El dolor empezó a ceder y, poco a poco me puse bien sin necesidad de tomar fármacos.
Aprendí que siempre es mejor solucionar el origen del problema en lugar de tratar los síntomas.
También aprendí beber más agua, hacer ejercicios específicos, no tomar fármacos, cuidar la postura, básicamente escuchar el cuerpo.
Sin ninguna duda recomiendo la quiropráctica a todo el mundo.