«Solo podemos tener palabras de agradecimiento, respeto y admiración por Ángela ahora y siempre. Cuando empecé a tener dolores de espalda, la gente de mi alrededor me decía que era normal (la edad, el estrés, las niñas, el trabajo..). Pero mi primer contacto con Ángela fue por mi hija (pensaba que lo mío no tenia solución!).
A raíz de llevar a mi hija mayor, empezamos a ir toda la familia y eso ha significado resolver todos los problemas que hemos ido teniendo relacionados con los dolores de espalda, dolores de cabeza, dolores musculares y muchas otras cosas que hemos ido aprendiendo a lo largo de los años.
Lo que más gusta, aparte de resolver el dolor, es todo lo que hemos ido aprendiendo de la doctora y del personal del centro. Ver que el paciente es un todo y no un conjunto de miembros y órganos, que es una persona y no un enfermo, no es muy frecuente en la medicina de hoy en día. Contamos siempre con Ángela y mis hijas, cuando ya hace demasiado tiempo que no la visitamos, me piden que las lleve porque necesitan un reajuste!
Mil gracias por todo a Ángela y a todo el personal del centro.»