Ha pasado más de un año desde que estalló la pandemia por el SARS COV- 2, y lamentablemente continúa.
La Organización Mundial de la Salud advirtió de que las vacunas, incluso de alta eficacia, no garantizan la erradicación de esta enfermedad infecciosa, aunque se convertirá en una enfermedad endémica con bajo nivel de amenaza.
https://www.elhospital.com/temas/Las-vacunas-contra-Covid-no-garantizan-la-erradicacion-del-virus,-OMS+136846
¿Qué hemos aprendido y cómo nos podemos preparar?
Si miramos retrospectivamente nos daremos cuenta de que elproblema no es solo el virus en sí mismo, si no la debilidad del sistema inmunitario frente a él. Todos los virus, bacterias u otros microorganismos son fuertes cuando el huésped es débil.
La mayoría de las personas que ocuparon las UCIs prácticamente colapsando el sistema sanitario, durante la primera y segunda oleada, eran personas con un sistema inmunitario débil: personas mayores y jóvenes inmunodeprimidos o con patologías previas, lo que ahora conocemos como población de riesgo.
La pregunta es ¿por qué hay tanta gente débil?
Solemos pensar que la gente mayor está débil por su edad, pero esto no es totalmente cierto. Tomemos el ejemplo de algunos de nuestros pacientes mayores, que se siguen cuidando y disfrutan de buena salud. La mayoría, suelen evitar tomar fármacos o someterse a intervenciones quirúrgicas, a menos que no sea absolutamente necesario.
En general, prefieren tratarse con terapias como la quiropráctica, osteopatía, fisioterapia, acupuntura, suplementos nutricionales, psicoterapia, homeopatía, naturopatía, hidroterapia, ozonoterapia etc.
Se trata de terapias complementarias que, además de tratar el dolor u otros síntomas, potencian la función de todos órganos y sistemas del cuerpo, incluyendo el sistema nervioso y el inmunitario.
Si nos detenemos y pensamos, nos daremos cuenta de que esta pandemia, que ha generado una crisis sanitaria mundial, conlleva una oportunidad de cambio. Nos muestra (una vez más) que necesitamos actualizar y sustituir el actual paradigma sanitario, centrado en la enfermedad, con un nuevo modelo que se centre en la salud.
Necesitamos una práctica médica, que integre todas las terapias y los protocolos basados en evidencia científica que respecten la homeostasis y por ende, fortalezcan el cuerpo. Aprender cómo preservar la salud sería más beneficioso y sostenible que tratar las enfermedades.
Si todos fuéramos educados desde la infancia en cómo funciona nuestro cuerpo, como respirar adecuadamente, como mantener un buen tono físico, hidratarnos, nutrirnos, sentarnos correctamente y como cuidar la columna vertebral para disponer de energía vital abundante, posiblemente la humanidad sería mucho más sana y fuerte.
Es obvio que a nivel global no podemos cambiar nada, pero a nivel individual sí: cada uno de nosotros tiene la posibilidad de informarse usando fuentes fidedignas para aprender cómo mantener un estilo de vida más saludable y poder elegir las terapias que más le convenga.
Afortunadamente todos estamos dotados de un ‘arma’ poderosa llamada Homeóstasis.
Se trata de una magnifico recurso fisiológico, que el ser humano ha desarrollado y perfeccionado a lo largo de millones de años para mantener a raya los virus, bacterias u otros microorganismos y poder convivir con ellos, sin enfermar. Gracias a ello seguimos aquí pese a las numerosas plagas y pandemias que afectaron a millones de personas en el pasado.
Mantener la homeóstasis es el secreto de los ‘afortunados’, que no enferman fácilmente y, en el caso de que contraigan alguna enfermedad, se recuperan rápidamente, sin apenas necesidad de fármacos. Todos estos ‘afortunados’ tienen claro que su primera prioridad es la salud, física y mental.
Por tanto, no dudan en invertir tiempo, recursos y `’lo que haga falta’ para mantenerse sanos. Siempre están dispuestos a aprender como fortalecerse y, pese al avance de los años, siguen sanos, llenos de vitalidad y optimismo.
Son personas que han aprendido a dedicar tiempo a su cuerpo y escuchar sus susurros, antes de que aparezca el dolor u otros síntomas.
¿Qué es la homeostasis y cómo funciona?
Es la capacidad innata del cuerpo vivo de mantener el equilibrio interno, compensando los cambios del entorno mediante unos sofisticados sistemas de autorregulación.
Este equilibrio interno está controlado por el Sistema Nervioso Central (SNC), formado por el cerebro y la medula espinal. El cerebro recibe información desde todos los órganos, tejidos y células: piel, mucosas,
vísceras, músculos, articulaciones, etc., y envía sus órdenes en forma de impulsos nerviosos, a través de los nervios espinales, que pasan entre las vértebras. Mantener la columna flexible, bien alineada y ‘libre de subluxaciones’- en términos quiroprácticos – favorece la comunicación del cerebro con todos los órganos, ayuda a la recuperación de la homeostasis y fortalece la respuesta inmunitaria.
¿Cuál es relación entre el sistema nervioso y el sistema inmunitario?
El sistema nervioso autónomo y el sistema inmunitario están íntimamente relacionados. Ambos cooperan con el objetivo común de adaptarse para mantener la homeostasis.
La comunicación entre estos dos sistemas ocurre por medio de unas proteínas que actúan como señales químicas entre los glóbulos blancos. Una de estas proteínas, la interleucina-2 (IL-2), ayuda a que las células del sistema inmunitario crezcan y se dividan con mayor rapidez.
Según varios estudios científicos la IL-2 fortalece la respuesta inmune frente a virus, bacterias y células malignas. https://www.sciencedirect.com/topics/neuroscience/interleukin-2#:~:text=IL%2D2%20is%20a%20member,cells%20and%20memory%20T%20cells.
Un estudio, hecho por colegas quiroprácticos en Canadá, demostró que un solo ajuste quiropráctico (manipulación vertebral específica) aumenta de manera significativa la producción de la IL-2. Chiropr Osteopat. 2008 May 28;16:5. Enhancement of in vitro interleukin-2 production in normal subjects following a single spinal manipulative treatment.” https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18507834
Algunos casos como ejemplos peculiares durante la pandemia
El año pasado, justo después del confinamiento uno de nuestros pacientes, de 39 años, que trabaja en ‘servicios esenciales’, nos contó que su esposa estaba de baja y confinada por ser persona de riesgo. Salía solo para hacer la compra y pese a llevar mascarilla y guantes, desgraciadamente se contagió. Desarrolló los típicos síntomas de COVID -19 y fue ingresada. Afortunadamente se recuperó sin secuelas.
A él le hicieron la prueba PCR y serológica, ambas dieron negativo. Este hecho sorprendió mucho a su médico, el cual exclamó: -“¡No lo entiendo! ¡No puede ser!”- y lo atribuyó a las vitaminas que le habíamos recomendado.
Poco después, otra paciente nos contó que su esposo, que no es paciente quiropráctico, también dio positivo, pero ella dio negativo.
Un caso más reciente fue el de una pareja de 63 – 64 años. Él había acudido a nuestra consulta por un dolor de espalda, que padecía desde hacía varios años. Mejoró mucho. Además, siguiendo nuestros consejos empezó a hacer una rutina diaria de ejercicios de respiración, otros básicos para su columna y, mejoró sus hábitos de hidratación y de nutrición. Como consecuencia ganó flexibilidad, dormía mejor, tenía más energía y estaba de mejor humor.
Por esto su esposa, pese a no tener dolor de espalda, decidió hacerse una revisión y tratamiento quiropráctico.
Después de las fiestas navideñas vinieron para otra revisión y tratamiento de mantenimiento. Ambos estaban bien y muy contentos. Nos contaron que festejaron los Reyes en familia con sus dos hijas y sus respectivas parejas. Pocos días después su hija mayor, que trabaja como médico, dio positivo por Covid-19. También dieron positivo su otra hija y sus respectivas parejas. Sorprendentemente, pese a tener mayor riesgo de contagio por ser mayores de 60 años ambos dieron negativo.
Algunas sugerencias para conseguir un Sistema Inmunitario potente:
- Hacer revisiones quiroprácticas periódicas e intentar seguir mis 12 reglas de oro para mantener la Salud: https://www.angelaolaru.com/?s=las+reglas+
- ¡No sucumbir al miedo! Es la más poderosa emoción – ‘hacker’, que desata la respuesta nerviosa simpática con sus hormonas de estrés, proinflamatorias y destructivas, incluyendo el cortisol, que debilita el sistema inmune.
- Hacer ejercicios de respiración consciente, yoga, meditación y cuando los hackers parecen invencibles, buscar la ayuda de un buen psicoterapeuta.
- Hacer sesiones de ozonoterapia y vitamina C intravenosa. Varios estudios demostraron que las infusiones intravenosas de ozono y vitamina C tienen efectos muy beneficiosos para combatir la inflamación y fortalecer el sistema inmunitario.
Uno de estos estudios, publicado en la Revista Española de Anestesiología y Reanimación demostró que las infusiones de ozono y de vitamina C ayudaron salvar la vida de muchos pacientes afectados gravemente por Covid 19. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7156242/