Algunas reflexiones y consejos para fortalecer el sistema inmunitario
¡Reflexionemos sobre la salud!
Desde el inicio de esta pandemia todos – incluyendo los gobiernos, los políticos y los bancarios- nos hemos dado cuenta de que la salud es lo más importante.
Según parece, ahora mismo, la salud de todos los ciudadanos del planeta depende de los investigadores científicos y de los laboratorios farmacéuticos. Ahora están trabajando contra reloj para encontrar una vacuna y medicamentos para tratar el virus COVID- 19.
No obstante, desde que los humanos se asentaron y formaron las primeras sociedades, todos los días estamos expuestos a una enorme cantidad de virus, bacterias y otros microbios oportunistas. Sin embargo, no nos enfermamos siempre, gracias a nuestro Sistema Inmunitario.
A pesar de su agresividad y su alto nivel de contagio, la mayoría de las personas jóvenes, y de mediana edad y también unas pocas personas mayores podrían haber pasado la infección por COVID- 19 sin apenas tener síntomas y sin necesidad de medicarse.
El CDC– Centro oficial de control de enfermedades de los EE.UU – estima que uno de cada cuatro infectados – 25% de la población- no presenta síntomas.
¿Cuál es la diferencia entre estos 25% que no presenten síntomas y los que terminan en la UCI?
La respuesta es: la fortaleza de su sistema inmunitario
Sabemos que los más vulnerables frente al COVID-19 son las personas con baja inmunidad. Primero los ancianos, especialmente los que estén medicados con fármacos inmunosupresores: para diabetes, hipercolesterolemia, hipertensión, alergias, asma, EPOC, etc. Pero también son vulnerables las personas más jóvenes, que toman medicamentos inmunosupresores como estatinas, anticonceptivos y esteroides, o que tengan con afecciones inmunodepresoras come la disbiosis intestinal, hábito de fumar, enfermedades metabólicas, hipertensión, y todos aquellos que estén bajo estrés crónico o severo.
Por desgracia, hay millones de personas inmunodeprimidas en el mundo de hoy.
Así que, el verdadero problema no sería pues el virus, sino la debilidad del sistema inmunitario. Por tanto, nuestra prioridad principal debería ser aprender como fortalecer y potenciar nuestra inmunidad para que ningún virus u otro microbio pueda derrumbar sus murallas o al menos, que le resulte muy difícil hacerlo y que sus consecuencias sean las menores posibles.
¿Como podemos fortalecer nuestro sistema inmunitario?
El papel del sistema inmunitario es reconocer, bloquear y eliminar todos estos agresores: virus, bacterias, contaminantes ambientales o células dañadas, para que podamos mantener el equilibrio fisiológico interno y mantenernos sanos.
Tal y como dije, en mi TEDx talk, hace unos años, la salud significa equilibrio fisiológico y energía vital: https://www.youtube.com/watch?v=UIRHSxs8gb8
Las personas sanas, además de no tener síntomas o molestias, tienen mucha energía vital. La energía vital es lo más valioso que todo ser humano pueda poseer; sin excepciones. No se puede comprar. Nadie puede producirla excepto nuestras células propias.
El poder del sistema inmunitario es directamente proporcional a la energía vital. Cuantas más reservas energéticas tenemos mejor superaremos cualquier tipo de infección vírica o bacteriana.
En ocasiones, he comparado el cuerpo con una gran empresa, que produce energía vital y cuenta con un enorme número de empleados, llamados células.
Cada célula tiene su función. Tenemos células dérmicas, musculares, óseas, cartilaginosas, vasculares, sanguíneas, neuronas, endocrinas, exocrina, células inmunitarias, etc. Según su especialización las células se agrupan en departamentos llamados tejidos, órganos, glándulas y sistemas.
Para desarrollar su función correctamente y para producir mucha energía vital, todas estas células, necesitan materia prima, abundante y sin contaminantes, en forma de oxígeno, agua, nutrición y luz solar.
También necesitan buena comunicación interna y buen liderazgo. Estas tareas pertenecen a la dirección de empresa, representada por el sistema nervioso central, sobre todo por el cerebro.
Para dirigir nuestra gran empresa, el cerebro necesita estar informado en todo momento de lo que ocurre dentro y fuera del cuerpo.
Toda la comunicación ocurre por medio de la médula y de los nervios espinales. Estos se podrían comparar con unos cables de fibra óptica, que pasan por los agujeros situados entre las vértebras y se dirigen a cada departamento de la empresa: piel, músculos, articulaciones, mucosas, órganos, tejidos, células. Todas las fibras tienen doble sentido para asegurar la comunicación desde arriba abajo y al revés.
Lo hemos repetido una y otra vez y lo hacemos de nuevo: cuanto mejor alineadas estén las vértebras, mejor pasa la señal nerviosa y mejor es la comunicación y mejores decisiones tomará el cerebro.
El Sistema Inmunitario está íntimamente conectado y actúa siempre en coordinación con nuestro sistema nervioso central.
En el 2008, unos colegas quiroprácticos de Canadá publicaron un estudio, cuyos resultados demostraron que un solo ajuste vertebral puede aumentar de manera significativa la producción de una proteína llamada Interleucina 2 (IL-2), que regula las actividades de los glóbulos blancos – leucocitos y linfocitos – responsables de la función inmunitaria.
Chiropr Osteopat. 2008 May 28;16:5. Enhancement of in vitro interleukin-2 production in normal subjects following a single spinal manipulative treatment.” https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18507834
Por tanto, si cuidamos la columna regularmente aumentaremos nuestra energía vital y también la función del sistema inmunitario.
Pero hay que tener cuidado con los ladrones de energía vital
Hay dos factores que pueden agotar nuestra energía vital y debilitar nuestro sistema inmunitario más rápido de lo que podemos imaginar: el no dormir suficiente y el estrés psicológico – mental y emocional – prolongado.
Según los expertos deberíamos dormir ocho horas e idealmente ir a la cama antes de medianoche. Por la noche la oscuridad activa la glándula pineal, responsable de producir melatonina, una hormona muy importante para la regeneración del sistema nervioso del sistema inmunitario.
En cuanto al estrés psicológico prolongado, seguramentees el más temible ladrón de energía porque tiene la contraseña y libre acceso directo a nuestra cuenta de ahorro energético.
Supongamos que logremos aumentar nuestras reservas de energía vital porque: estamos respirando aire no contaminado, tomamos mucha agua de botella o filtrada por osmosis, comemos alimentos frescos (si es posible ecológicos y no procesados), tomamos suplementos, mantenemos el intestino limpio, vigilamos la postura, hacemos ejercicios para la columna, tomamos el sol en la terraza o fuera (con la precaución y pautas precisas) y dormimos suficiente.
Sin embargo, estamos en plena crisis sanitaria mundial por la pandemia del Covid -19. Nuestra mente está procesando continuamente decenas de miles de pensamientos. La mayoría están relacionados con mensajes de alerta, amenaza, peligro e incertidumbre que recibimos masivamente por diferentes medios.
Nos sentimos vulnerables y naturalmente, tenemos miedo. De hecho, tenemos muchos miedos: miedo de que nuestros seres queridos o nosotros mismos podamos enfermar, miedo a perder el trabajo, miedo de que haya una segunda oleada u otro brote antes de que encuentren una vacuna o medicamentos, miedo de que puede pasar en próximo futuro y de no poder controlar nada, etc.
El miedo hace que nuestro sistema nervioso entre en ‘simpaticotonía’. Es un estado de alarma interno, que prepara el cuerpo para sobrevivir – ‘luchando o huyendo’. Por dentro estamos como si fuéramos a echar a correr, pero no podemos hacerlo físicamente. Estamos confinados y la fuga es solo imaginaria. Inevitablemente sentimos impotencia, inquietud y frustración. Estamos bajo estrés psicológico.
Una parte de nuestro cerebro actúa de manera refleja y consume energía sin cesar para producir hormonas de estrés: adrenalina, noradrenalina y cortisol, necesarias para sobrevivir. Esto agota la energía vital por un lado y por otro debilita nuestro sistema inmunitario. El cortisol inhibe unas células inmunitarias llamadas linfocitos NK (Natural Killer), cuyo papel es defendernos contra los virus.
Entonces, el estrés psicológico prolongado es el que más debilita el sistema inmunitario.
Resumiendo: para fortalecer nuestro sistema inmunitario, necesitamos:
- Respirar aire de buena calidad.
- Beber más agua, tomar infusiones – evitar todos los refrescos – azucarados o no –
- Comer sano, evitando los azucares refinados y los alimentos procesados.
- Tomar unos suplementos antioxidantes: vitaminas C, A, D3, E, complejo B, Zinc, Omega 3- siempre bajo supervisión de su clínico.
- Dormir ocho horas.
- Mantener el intestino limpio; ir al baño a diario y proteger el microbioma.
- Cuidar la columna vertebral, tomar conciencia de las posturas del cuerpo y hacer 10 minutos de ejercicio cada mañana:
- Intentar reducir el estrés psicológico: hacer 10-15 minutos de meditación diaria, con música 432 Hz, ejercicios de respiración consciente, observar los propios pensamientos y cambiar el dialogo interno, evitar las noticias alarmistas.
- Hacer una revisión de la columna y tratamiento quiropráctico en cuanto sea posible.
Ver algunos consejos prácticos de nuestra colaboradora la Dra. Gina Bofill: