QUIROPRÁCTICA
Origen y bases: EE.UU. Medicina alternativa practicada por licenciados universitarios con carrera superior de entre 7-8 años en los EEUU y de 5 años en Europa.
En España existen dos escuelas universitarias, que ofrecen la carrera superior de 5 años. Al igual que en las carreras médica y/u odontológica la asistencia diaria es obligatoria.
El titulo DC (Doctor of Chiropractic) está reconocido en 44 países. Este título no se puede obtener haciendo cursos de postgrado o cursillos de fin de semana.
Enfoque principal: Columna Vertebral y Sistema Nervioso.
Tipo de manipulación: El “Ajuste” vertebral específico.
Hay más de 150 técnicas manuales o usando un pequeño instrumento llamado activador (ingles ‘activator’) y camillas especiales. En base a su solida formación académica, y número de horas de clase dedicadas a las técnicas de ajuste vertebral, los quiroprácticos son los profesionales más expertos en el tratamiento manual específico de la columna.
Enfermedades o molestias en las que es especialmente recomendable:
El quiropráctico no trata enfermedades sino que trata de restablecer la alineación y el movimiento entre las vértebras para que las raíces nerviosas tengan siempre el máximo espacio. De esta manera se asegura un óptimo riego nervioso, aumentan las defensas y se evitan todas las enfermedades.
Los bloqueos (“subluxaciones”) entre las vértebras pueden permanecer sin aparente molestia por muchos años. Se podrían comparar a las caries dentales, no duelen hasta que no “tocan el nervio”.
De hecho, las hernias de disco se producen entre vértebras crónicamente bloqueadas o subluxadas.
Cuanto antes se desbloquean y se realinean las vértebras, menos se desgastan las vértebras y los discos (menos artrosis) y mejor funciona el sistema nervioso e inmunitario (mejores defensas naturales).
Es recomendable empezar el cuidado quiropráctico desde los primeros días de vida, sin esperar el dolor u otras molestias. Muchas veces en los partos la 1ª vértebra cervical (el atlas) puede quedar desalineada o “subluxada”. Esto puede generar trastornos frecuentes en los bebes y niños como: bajas defensas, otitis, anginas, asma, cólicos intestinales, enuresis (hacer pis en la cama), dislexia, etc…
Debido a la escasa información la mayoría de la gente llega al quiropráctico cuando ya acusa molestias de tipo: hernias de disco, ciática, dolor de espalda, de pies, rodillas, caderas, dolor de cuello o de cabeza, migraña, mareos, cansancio, etc.
Después de un reconocimiento físico-clínico muy detallado, que incluye radiografías y otras pruebas, el quiropráctico estudia el caso. Si no hay contraindicaciones elabora un plan de terapia para aliviar el dolor u otro síntoma y eliminar sus causas.
Muchas veces es necesario el tratamiento multidisciplinar. El quiropráctico puede recomendar fisioterapia, acupuntura, tratamiento podológico, osteopático y/o médico, según necesidad.
El paciente viene informado desde el principio y puede elegir si quiere sólo el alivio o si desea continuar con el cuidado de mantenimiento. Este último consta en recibir ajustes vertebrales periódicos. Está indicado para prevenir o detener el proceso artrítico y para optimizar el riego nervioso. También ayuda a mantener la correcta comunicación del cerebro con todos los órganos del cuerpo.